Mariana Larosa, un merecido reconocimiento por su perseverancia, responsabilidad y disciplina

El karate se sustenta en valores que trascienden el ámbito deportivo.
La cortesía, el respeto, el esfuerzo, la humildad y la paciencia
acompañan a la persona en su desempeño a diario.
Todas las personas que practican karate comparten estos valores
e intentan mejorar cada día con persistencia y tenacidad porque es
un arte que dura para toda la vida

“Mi primer acercamiento con el karate se lo debo a la película ‘Karate Kid’.
Cuando la vi a los 12 años supe que quería aprender esta  disciplina”, recuerda Mariana Larosa. Sólo le faltaba encontrar el lugar y al profesor indicado. Y en ese momento fue cuando recibió el volante de un dojo (término empleado en Japón para designar un espacio destinado a la práctica y enseñanza de la meditación y/o
las artes marciales tradicionales modernas).
Pero ese inicio le duró poco.
El profesor, con quien había
comenzado la práctica, decidió dejar la enseñanza y le fue imposible conseguir un reemplazante en su barrio.

La perseverancia es una de las enseñanzas que deja el karate y 15 años más tarde, a sus 27,
Mariana retomó la disciplina para intentar cumplir sus deseos de adolescente.
No solo necesitaba hacer deporte, sino que quería estudiar algo y el karate reunía ambos requisitos. entonces el dojo de Estudiantil Porteño de Ramos Mejía, fue su revancha. En ese club conoció a su gran maestro Oscar Rodríguez, un sensei muy reconocido.
“Él es una gran persona y posee una gran capacidad para transmitir sus conocimientos. Y también es muy importante la calidez de mis compañeros y compañeras que hacen que la práctica sea aún más gratificante”, valora Mariana.

“COMO UN DIBUJO, UNO MISMO A TRAVÉS DEL ARTE MARCIAL, 
ES COMO UN BOCETO, QUE, AL NO ESTAR TERMINADO, 
SIEMPRE SE PUEDE CONTINUAR PERFECCIONANDO”. 

Mariana considera al karate como algo que va mucho más allá del deporte. “Para mí el karate está muy cercano al arte, es un estilo de vida, que se caracteriza por ejercitar la armonía del cuerpo, la mente y el espíritu. Por ello, requiere un entrenamiento físico e intelectual, porque a cada técnica hay que ejecutarla, con el cuerpo y con la mente. Hay que entenderla.”
                                                           

El karate es una disciplina compuesta por tres conceptos  fundamentales y se mencionan en japonés
su sidioma original
Kihon: es el entrenamiento de las técnicas básicas como bloqueos, golpes de puño   y de mano abierta, posturas y patadas. 
Es  fundamental para aprender y perfeccionar las técnicas.
Kata, significa “forma”. Es una sucesión de las mencionadas  técnicas, de una  manera específica. Se ejecuta en solitario contra adversarios hipotéticos.
Otorga al cuerpo elasticidad, velocidad, potencia, y lo entrena simétricamente. Requiere de memoria, concentración y debe ser ejecutada con foco y la actitud
correcta.
Kumite, es un combate, donde el/la karateka aplica las técnicas. Deben apuntar a ser correctas, demostrar control, fuerza y  velocidad precisa.

Mariana entrena tres veces por semana y en cinco años consiguió ser cinturón negro y primer dan.
Compite en la técnica de kata, oficialmente, desde el año 2015.
Participa en torneos del calendario de la Federación Argentina de Karate
 y de la Asociación de Karate Buenos Aires Norte. Participó en casi todos los torneos nacionales que se desarrollaron en distintas ciudades del país, salvo los de Mar del Plata: “Los que se organizan en ahí siempre coinciden con mis vacaciones y priorizo ese tiempo de descanso junto a mi pareja”.
El esfuerzo trajo recompensa.
Mariana salió subcampeona argentina en el Torneo Argentino en el 2017
Y, en ese mismo torneo, obtuvo el tercer puesto en 2018. También consiguió el tercer lugar por puntaje este año en el torneo Provincial de Buenos Aires. Además, obtuvo logros en campeonatos regionales.

“En cada competencia a veces los resultados son mejores y otros no tanto, pero lo importante es que siempre se aprende y la experiencia de competir es muy enriquecedora, además de poder hacer lo que a una le gusta, y también compartirlo con la familia, amigos, mi sensei y mis compañeras y compañeros del club”, reflexiona  Mariana se considera autodidacta en el momento de volcar su otra pasión, el dibujo:
“Aprendí de muy chiquita y a los 18 años me perfeccioné con una profesora de Bellas Artes
y lo fui mejorando durante la carrera de Diseño Gráfico.
En los últimos años estuve refinando la ilustración digital”.
Logra combinar sus dos pasiones en dibujos como el de “Onna bugeisha”.
Esta ilustración al estilo de las tintas japonesas (que se denomina sumi-e) representa a la
“mujer guerrera”.

El karate se sustenta en valores que trascienden el ámbito deportivo. 
La cortesía, el respeto, el esfuerzo, la humildad y la paciencia acompañan a la persona
en su desempeño a diario. 
“Todas las personas que practican karate comparten estos valores e intentan mejorar cada 
Día con persistencia y tenacidad porque es un arte que dura para toda la vida”, 

El saludo en karate - Kamiza

« Cualquiera que estudie Karate debe antes que nada colocar un gran valor y respeto en la cortesía, educación y gentileza. Cualquier karateka que ha perdido la cortesía y la gentileza ha perdido ya el espíritu del Karate. 
La cortesía y la gentileza deben ser respetadas no sólo durante las sesiones de entrenamiento sino también en cualquier lugar donde uno pueda estar, en cualquier momento, y sea lo que sea pueda estar haciendo. »
                                                                                                               FUNAKOSHI GICHIN

Lo primero que se aprende en el Dojo, es que para entrar y salir del tatami siempre hay que saludar.
Este saludo (ritsu-rei) es una reverencia hacia el Kamiza, el lugar sagrado donde se encuentran las fotografías del Gran  Maestro, luego siempre debe saludarse en primer lugar al Sensei, y si no estuviere debe saludar al senpai de mayor graduación, luego a quien le sigue.


En los dojos de nuestra escuela antes de comenzar la clase y también al terminarla los alumnos forman en filas mirando hacia el Kamiza, allí se encuentra el Sensei mirando hacia los alumnos, que se ubican de mayor a menor grado,  de forma que los alumnos con mayor rango ocupan las primeras filas y los principiantes las últimas.

El Sensei girará para colocarse mirando hacia el Kamiza.
Seguidamente el Senpai ordenará "shomen-ni-rei" (saludo al frente) y todos saludarán en esa dirección (hacia el Kamiza)
El Sensei girará de nuevo para volver a colocarse mirando hacia los alumnos. El Senpai ordenará "sensei-ni-rei" (saludo al maestro) y todos los alumnos harán lo propio. Y por último haciendo un leve giro se saludará al Senpai o bien si algún practicante de alta graduación estuviera de visita, tendrá el mismo reconocimiento que el Senpai. Es importante no confundir el estatus entre Instructor y Senpai. Recordamos, el Instructor está a cargo de la clase cuando el Sensei no está y el Senpai es el alumno mas antiguo y posiblemente de mayor graduación por lo que se merece el respeto correspondiente
Luego se dará comienzo la clase con la orden del Sensei, instructor a cargo o Senpai.  Cuando el Sensei ingresa al Dojo, una vez comenzada la clase, el alumno de mayor graduación dirá Yamé, sensei-ni-rei y de esta forma se saludará y presentarán los respetos, luego se continuará con la actividad programada.
En los torneos también se acostumbra luego de saludar al Kamiza y al Sensei, se saludan los Jueces y para terminar también entre las filas de los competidores.

Este protocolo puede hacerse en MUSUBI-DACHI (en posición natural) o bien en  SEIZA (de rodillas)
 El alumno de mayor grado (Senpai) ordenará "seiza" y todos los alumnos acatarán la orden arrodillándose.


Al colocarse en seiza se debe apoyar en el suelo primero la rodilla izquierda y después la derecha, este saludo también puede hacerse en posición natural.