El karate no está muriendo

Nota de Mariana Laura Larosa

Hace un tiempo leí una nota muy interesante. Su autor, Richard L. Blair, cita a Isao Obata, discípulo de Gichin Funakoshi, y afirma que el Karate, ahora, está muriendo. Y aunque puedo empatizar con el maestro, entender su pesar y suponer por que así lo siente, no puedo estar de acuerdo.


Leer EL KARATE ESTÁ MURIENDO, por Richard L. Blair


No, el Karate no está muriendo.


Ese arte que nació en una lejana isla, brotó entre la sal y el awamori por el amor a la vida de su Pueblo y se extendió por todo el mundo. Es hoy día un árbol gigante cuyas raíces han calado hondo en cada rincón, cruzando los mares, como pocas Artes en la Tierra. Se ancló con fuerza,y sin remedio, también en el corazón de estos occidentales que luchamos tanto por comprenderlo desde una perspectiva tan distinta a la de nuestra crianza; pero que sentimos más sincera y menos utilitaria. Es que encontramos en él una manera de vivir, un poco con el corazón por fuera. Creamos sin pinceles ni utensilios. En el Karate TOD@S hablamos japonés: contamos, asentimos, agradecemos y nos ordenamos. Descalzos, nos hermanamos todos y todas. Cada cual, con su camino, partimos del mismo lugar. Aceptamos nuestra ignorancia y nos volvemos más humildes. Tomamos conciencia del horror de la violencia y por eso practicamos la paz. Pasan los años, pero se mantiene intacta su naturaleza amable, cada vez que alguien transmite lo que aprendió de su maestr@. Así se perpetúa, aún en este siglo: de boca en boca y de corazón a corazón.¿Muerte? No, no se me ocurre nada más vivo.